lunes, 16 de marzo de 2009

Mi Padre


EN LOS OJOS
DE MI PADRE

En la habitación de mi madre,
sobre el cabezal de su cama
cuelga en la pared un cuadro
con la foto de mis padres.

De niño cuando cometía
una fechoría imperdonable
iba a hablar con mi padre,
me miraba en sus ojos.

Le pedía el temple
y fuerza de carácter,
la vergüenza necesaria
para seguir mirándole.






EN LA TUMBA
DE MI PADRE

A mi padre Olivier
lo mataron los muertos
sin paz y sin tumba.
Y no lo mataron,
que la muerte
no mata la vida.

Admiro y amo a mi madre
por su temple y coraje,
por llorarle en silencio
sin hacerle un reproche,
por ser su digna esposa,
compañera y fiel amante,
por defender su nombre
y honrar su memoria
más allá de la muerte.

Hoy la tumba de mi padre
luce grabada una paloma
y un letrero que dice:

A Olivier Herrera García:

Al esposo, amigo y padre,
quienes hoy te guardamos
tu nombre y tu memoria.
Que a ti no te mataron,
tú fuiste más lejos.

Las balas no matan ideas.

Los muertos no matan la vida.

5 comentarios:

  1. yo también miraba esos ojos en sepia

    nunca dijeron nada

    ... la vida prosigue

    como en lenta procesión




    un abrazo

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  2. Preciosos versos..

    saludos fraternos

    un abrazo

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  3. Estos versos harían feliz a cualquiera... a cualquiera.

    Abrazos.
    Manolo

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  4. Muy bueno. Y el final... de antología.

    un abrazo, poeta.

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  5. Felicidades por este hermoso blog, Esther y Olivier!!!
    La muerte no mata la poesía!!! Y la hay muy buena acá.

    Abrazos.

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